¡Vaya boda más disfrutona viví en el Pazo El Castriño, en Vilagarcía de Arousa! Si hay algo que me encanta más que hacer fotos de bodas es cuando la fiesta no para, y esta fue de esas bodas que se quedan grabadas en la memoria. Fue emocionante, divertida, y más de una vez me encontré riendo a carcajadas detrás de la cámara. Vamos, que fue como estar en un videoclip… ¡pero de los buenos!

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El día empezó nublado, con un cielo gris que daba un toque dramático a la cosa, pero no nos engañemos… ¡ni el cielo podía apagar la energía de esta boda! El sol decidió aparecer justo a tiempo para la ceremonia y, a partir de ahí, todo salió a pedir de boca. La novia estaba deslumbrante, el novio no paró de sonreír y los invitados… ¡madre mía esos invitados! Nunca había visto un grupo tan entregado a la fiesta.

Lo que más me gusta de mi estilo documental es que, mientras yo estoy ahí con la cámara, todo fluye de manera natural. Nada de posar. Nada de hacer las cosas por obligación. Aquí todo fue auténtico, espontáneo y, sobre todo, lleno de momentos épicos. Desde el novio con un micrófono en mano cantando como si estuviera en un concierto, hasta los amigos haciendo el ridículo más glorioso en la pista de baile (pero, ojo, con mucho estilo).

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La fiesta se desató en cuanto los novios dieron el primer paso en la pista de baile. Y cuando digo “fiesta”, quiero decir una locura de baile, risas y algún que otro paso de baile un poco... digamos, ¿original? 😂 La pista de baile fue como una película de acción, ¡y no paraba de moverse! Si alguna vez pensaron que alguien no podría bailar “esa canción”, les aseguro que estos invitados nos demostraron lo contrario. ¡Un espectáculo!

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Y es que, cuando tienes a un grupo de gente tan genial, tan divertida, y con tantas ganas de disfrutar, el trabajo de fotógrafo se convierte en una fiesta también. Yo no solo capturé momentos bonitos y románticos, sino que también estuve listo para disparar las fotos de esos momentos auténticos, esos gestos divertidos, esas risas descontroladas, esas miradas cómplices entre los novios… ¡porque lo bueno de las bodas es que son un no parar de emociones!

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Así que, si estás planeando tu boda en Galicia y te mola la idea de tener fotos que cuenten la verdadera historia del día, con todo el amor, la emoción y la diversión, ¡aquí estoy! Lo que me apasiona es poder capturar esos momentos sin forzarlos, sin poses, solo la pura magia de lo que pasa cuando la gente se suelta y lo pasa en grande.

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Nos vemos en la próxima boda, y no olvides: lo importante no es que todo salga perfecto, sino que todo salga divertido. ¡Y yo me encargaré de que lo sea!